Si eres padre o madre, ya sabes que el primer año de vida de un bebé está lleno de emocionantes hitos de desarrollo. Si eres nuevo en la crianza, ¡bienvenido/a a esta aventura!
Los hitos del desarrollo durante el primer año de vida de un bebé suelen medirse según la fecha probable de parto, en lugar de la fecha de nacimiento. Uno de los saltos más difíciles ocurre alrededor de las 5-6 semanas posteriores a la fecha probable de parto, momento en el que el bebé comienza a absorber más información a través de sus sentidos, en particular la vista.
Esta mayor sensibilidad puede dificultar la autorregulación y provocar un comportamiento más activo e inquieto, especialmente durante el sueño. Sin embargo, con paciencia y comprensión, puede ayudar a su bebé a adaptarse a estos cambios y encontrar maneras de calmarlo cuando se sobreestimule.
Durante este período, su sistema digestivo también experimenta cambios significativos. Aunque aún no ha madurado completamente, el intestino del bebé ahora cuenta con una mayor cantidad de microbiotas. Un microbioma/microbiota saludable es esencial para la salud general del bebé, ya que desempeña un papel crucial en la digestión de la leche, la producción de vitaminas y la regulación del sistema inmunitario.
La forma en que nace tu bebé (por vía vaginal o cesárea) y su alimentación (leche materna o fórmula) pueden afectar significativamente el crecimiento y desarrollo de un microbioma saludable . Un microbioma diverso y equilibrado ayuda a tu bebé a digerir la leche (y posteriormente, los alimentos) eficazmente, mientras que un microbioma deficiente puede provocar problemas como gases, molestias, cambios en el color y la textura de las heces, y mayor frecuencia al tragar o regurgitar. Es importante comprender que estos síntomas son parte normal del proceso de maduración del sistema digestivo y, a menos que interfieran con el aumento de peso o la salud general de tu bebé, no requieren intervención.
Mientras su bebé pasa por este proceso, hay algunos pasos que puede seguir para promover una digestión saludable y aliviar cualquier malestar que pueda estar experimentando.
Una técnica útil es la alimentación pausada , que consiste en disminuir la velocidad de alimentación del bebé para evitar la sobrealimentación y reducir la probabilidad de regurgitación. También puede intentar hacer eructar a su bebé varias veces durante la toma y mantenerlo en posición vertical durante al menos 15 minutos después de una toma completa para facilitar la digestión.
Otro aspecto fascinante del primer y segundo salto es la capacidad del cuerpo para producir pequeñas cantidades de melatonina, la hormona responsable de regular el ciclo sueño-vigilia y, por lo tanto, ayudar al bebé a establecer un patrón de sueño regular con el tiempo. La melatonina se produce en respuesta a la oscuridad, por lo que es crucial que los bebés duerman en una habitación completamente oscura.
Además de sus efectos reguladores del sueño, la melatonina también puede influir en la capacidad y el funcionamiento de la vejiga y los intestinos durante la noche. Esto se debe a que la melatonina puede inhibir la producción de una hormona llamada vasopresina, que regula el equilibrio hídrico del cuerpo e influye en la producción de orina. Por lo tanto, durante la noche, cuando los niveles de melatonina son altos, el cuerpo tiende a producir menos orina.
Además, la melatonina también puede afectar las contracciones intestinales, que ayudan a evacuar los desechos a través del sistema digestivo. Estudios han demostrado que la melatonina puede aumentar la actividad intestinal y promover deposiciones más regulares. Sin embargo, cabe destacar que los efectos de la melatonina en la función vesical e intestinal durante la noche pueden variar, y es igualmente importante recordar que, en el caso de los recién nacidos, su cuerpo puede tardar hasta tres meses en producir suficiente melatonina para regular el sueño por completo. ¡Así que, aguanta!
En resumen, la forma en que nació tu bebé y su alimentación posterior pueden afectar su sistema digestivo y su salud general, tanto ahora como a largo plazo. El parto vaginal y la lactancia materna contribuyen al desarrollo de un microbioma saludable , que favorece la digestión, la producción de vitaminas y la regulación del sistema inmunitario. Durante las etapas iniciales del desarrollo, los bebés pueden tener dificultades para autorregularse y su sistema digestivo puede verse afectado. La melatonina, una hormona que regula los ciclos de sueño y vigilia, también afecta la vejiga y los intestinos durante la noche.
Comprender estos procesos puede ayudarte a cuidar a tu bebé con más confianza, sabiendo que esto es solo una parte normal de su desarrollo. Y al prestar atención a su comportamiento y tomar medidas para promover una digestión saludable, puedes aliviar las molestias que pueda estar experimentando y ayudarlo a adaptarse a los cambios que está experimentando.
Con paciencia, amor y atención, puedes ayudar a tu bebé a prosperar durante este emocionante período de crecimiento y desarrollo.