El parto es un evento transformador, pero puede provocar laceraciones o desgarros perineales, lo que causa molestias y posibles complicaciones para las madres. Este artículo explora los hallazgos de investigaciones contemporáneas y enfoques basados en la evidencia para mitigar las laceraciones perineales durante el parto.
Las laceraciones perineales, desgarros que se producen entre la abertura vaginal y el ano, pueden causar dolor, disfunción sexual e incluso angustia psicológica si no se tratan adecuadamente. Exploramos diversas técnicas que los profesionales de la salud pueden adoptar para reducir el riesgo de laceraciones perineales, mejorando así los resultados posparto de las personas que dan a luz.
Anatomía y fisiología
El perineo, la zona entre el ano y la abertura vaginal, es propenso a sufrir laceraciones durante el parto. Comprender la anatomía perineal es fundamental para prevenir y tratar las laceraciones. Las laceraciones perineales se clasifican en cuatro grados:
Primer Grado: Afecta la piel perineal y puede extenderse a la mucosa vaginal.
Segundo Grado: Se extiende a la mucosa vaginal y a la capa muscular.
Tercer Grado: Abarca el esfínter anal, dividiéndose además según la gravedad del desgarro.
Cuarto Grado: Se extiende a la mucosa rectal.
Las laceraciones perineales graves, como los desgarros de tercer y cuarto grado, se denominan lesiones obstétricas del esfínter anal (OASIS).
Factores de riesgo e indicaciones
Las laceraciones perineales son comunes durante el parto y afectan hasta al 89% de las mujeres. Las laceraciones graves, en particular las OASIS, pueden provocar complicaciones persistentes. Los factores de riesgo incluyen edad materna avanzada, alta IMC pregestacional, nuliparidad, parto vaginal después de una cesárea (PVDC), parto hospitalario, administración de oxitocina durante la segunda etapa del parto, prolongación de la segunda etapa del parto y diabetes gestacional.
Episiotomía y técnicas preventivas
La episiotomía, una vez realizada de forma rutinaria, no se recomienda para prevenir desgarros perineales debido a la falta de evidencia sustancial que respalde su uso. Tanto la Organización Mundial de la Salud como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomiendan su aplicación prudente. Las estrategias para prevenir las laceraciones perineales incluyen el parto fuera del hospital y la asistencia de parteras. El masaje perineal presenta beneficios potenciales para mitigar la gravedad de las laceraciones y promover la relajación perineal, y las compresas tibias pueden demostrar una reducción en las tasas de laceraciones graves, pero se necesita más investigación.
Perspectivas de estudios recientes: Identificación de factores de riesgo
Estudios recientes han proporcionado mayor conocimiento sobre los factores de riesgo asociados con las laceraciones perineales. En un análisis retrospectivo de Bączek et al. (2022), los factores de riesgo incluyeron la edad materna, el IMC, el número de embarazos y partos, la diabetes gestacional, el parto vaginal después de una cesárea (PVDC), el uso de oxitocina en la segunda etapa del parto, la duración de la segunda etapa del parto, el peso corporal y el perímetro cefálico del recién nacido. Un estudio de cohorte prospectivo de Jansson et al. (2020) enfatizó la importancia del peso fetal superior a 4000 g, la extracción con ventosa, el parto prolongado, la posición materna al nacer, la herencia de la disfunción del suelo pélvico, el parto inducido y el perímetro cefálico fetal en los desgarros perineales y vaginales.
Reparación y complicaciones
El tratamiento eficaz del desgarro perineal requiere una evaluación exhaustiva de su extensión y de las estructuras anatómicas afectadas. Las técnicas de sutura varían según el grado de laceración. Las complicaciones incluyen sangrado, infección, dolor, incontinencia y retraso en la recuperación de la función sexual. Las consecuencias a largo plazo, como la incontinencia urinaria o anal, pueden afectar significativamente la calidad de vida de la mujer.
Importancia y mejores resultados en la atención médica
El trauma perineal afecta profundamente el bienestar físico y psicológico de las mujeres. Abordar y validar las inquietudes es fundamental en la atención posparto. Los equipos de atención médica deben implementar estrategias para prevenir el trauma perineal. Los profesionales clínicos deben reconocer la importancia de la atención integral, no solo durante el parto, sino también en el puerperio, para garantizar el bienestar de las mujeres que han sufrido laceraciones perineales.
Conclusión
A medida que avanza el conocimiento médico, el enfoque del cuidado perineal durante el parto continúa evolucionando. Las prácticas basadas en la evidencia y la atención personalizada desempeñan un papel fundamental para minimizar las laceraciones perineales y sus complicaciones asociadas. Al integrar los últimos hallazgos de la investigación en la práctica clínica, los profesionales de la salud pueden contribuir a una experiencia de parto más segura y satisfactoria para las mujeres.
Referencias:
Bączek, G., Rzońca, E., Sys, D., Rychlewicz, S., Durka, A., Rzońca, P. y Bień, A. (2022). Trauma perineal espontáneo durante el parto no quirúrgico: análisis retrospectivo de los factores de riesgo de laceración perineal. Revista Internacional de Medio Ambiente