NURTURING NATURE: ADVANTAGES OF DELAYING THE FIRST BATH

CUIDAR LA NATURALEZA: VENTAJAS DE RETRASAR EL PRIMER BAÑO

Dar la bienvenida a un recién nacido al mundo es una experiencia extraordinaria llena de ilusión y asombro. Como padres, nos esforzamos por brindarles el mejor cuidado y cariño a nuestros pequeños, y un aspecto crucial del cuidado temprano del recién nacido es el primer baño. Si bien las prácticas tradicionales solían implicar el baño inmediatamente después del nacimiento, investigaciones recientes han revelado las ventajas de retrasar el primer baño, especialmente en lo que respecta al microbioma del recién nacido. Profundicemos en este fascinante tema y exploremos por qué retrasar el primer baño puede beneficiar a tu bebé.


Primero, entendamos qué es el microbioma. El cuerpo humano alberga billones de microorganismos, incluyendo bacterias, hongos y virus, conocidos colectivamente como el microbioma. Estos microorganismos residen en diversas partes de nuestro cuerpo, con una concentración significativa en el intestino. El microbioma es un ecosistema delicado que influye en numerosos aspectos de nuestra salud, como la digestión, la función inmunitaria e incluso el bienestar mental.


Al nacer, los bebés llegan al mundo con un intestino relativamente estéril, a la espera de ser colonizado por una diversa gama de microorganismos. Durante su paso por el canal de parto, el bebé entra en contacto con el microbioma de la madre, adquiriendo bacterias cruciales que impulsan el desarrollo de su propia comunidad microbiana. Estas exposiciones microbianas iniciales son vitales para el desarrollo del sistema inmunitario del bebé y su salud general.


Retrasar el primer baño permite que el bebé conserve los microbios beneficiosos adquiridos durante el parto durante períodos prolongados. Cuando se baña a un bebé inmediatamente después del nacimiento, se altera la barrera protectora natural de la piel, que contiene colonias de bacterias importantes. Esta alteración puede provocar la pérdida de microbios beneficiosos y retrasar el desarrollo de un microbioma diverso y equilibrado.


Las investigaciones sugieren que la colonización temprana de la piel y el intestino del recién nacido por las bacterias maternas proporciona protección contra patógenos dañinos. La presencia de estas bacterias beneficiosas ayuda a prevenir la colonización de microbios potencialmente dañinos, reduciendo el riesgo de infecciones y otros problemas de salud. Retrasar el primer baño también preserva el vérnix caseoso, la sustancia cremosa y cerosa que recubre la piel del recién nacido. El vérnix actúa como una barrera protectora, ofreciendo propiedades hidratantes y efectos antimicrobianos, lo que favorece el desarrollo de un microbioma saludable.


Además, retrasar el primer baño favorece el éxito de la lactancia. Las bacterias presentes en el pecho y la piel de la madre desempeñan un papel crucial en el desarrollo del microbioma intestinal del bebé, lo que, a su vez, influye en su capacidad para digerir eficazmente la leche materna. Al preservar las bacterias beneficiosas mediante el baño tardío, el microbioma intestinal del recién nacido puede desarrollarse óptimamente, lo que favorece una mejor digestión y absorción de nutrientes.


Es importante destacar que retrasar el primer baño no implica descuidar la higiene. Medidas rutinarias, como limpiar la cara, las manos y el pañal del bebé, pueden realizarse sin necesidad de un baño completo. Estas medidas ayudan a mantener la higiene y permiten que el bebé se beneficie de los efectos protectores de su microbioma.


Por supuesto, las circunstancias individuales y las consideraciones médicas pueden variar, y siempre es recomendable consultar con profesionales de la salud sobre el mejor enfoque para el cuidado de su bebé. Sin embargo, muchos hospitales y centros de maternidad reconocen la importancia de retrasar el primer baño y adoptar esta práctica como parte de sus protocolos de atención neonatal.


En conclusión, retrasar el primer baño de un recién nacido ofrece numerosas ventajas, especialmente en lo que respecta al desarrollo de su microbioma. Al permitir que el bebé conserve las bacterias beneficiosas adquiridas durante el parto y preservar el vérnix protector, favorecemos el desarrollo de un microbioma diverso y equilibrado, crucial para el desarrollo de su sistema inmunitario, su salud general y una lactancia materna exitosa. Adoptar esta práctica contribuye a un inicio holístico y enriquecedor en la vida del bebé, brindándole la mejor base para un futuro saludable.

Si habla portugués, escuche "DoulaPod Episodio 1 - Delay no Banho do Recém Nascido"

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